El primero de Mayo del 2020 se puso en marcha el aumento del impuesto por sucesiones y donaciones estipulado en la ley 5/2020. Desde la Generalitat se implantó esta medida que multiplica hasta ocho veces la cantidad a pagar por los impuestos de herencias y donaciones, con la intención de solventar la coyuntura social y económica causada por la crisis sanitaria. Esta decisión ha generado gran controversia puesto que se ha llevado a cabo en uno de los momentos con mayor número de fallecidos por Covid-19 y porque el aumento ha sido drástico, sin precedentes.
¿Cómo afecta el aumento del impuesto de sucesiones y donaciones?
Se trata de una reforma que afecta principalmente a los herederos o herederas mayores de 21 años y a los ascendientes. El porcentaje a pagar de tributo varía dependiendo de la cantidad que se herede. Por ejemplo, si se hereda un inmueble valorado en 260.000€, antes se habría pagado un impuesto de 182€, en cambio, ahora se debe pagar uno de 3.120€. Y cuanto mayor sea el precio del inmueble, mayor será el porcentaje a pagar por este.
¿Por qué es tan problemático el aumento del impuesto?
Según datos del Instituto Nacional de Estadística los inmuebles heredados son, después de la compraventa, las transmisiones más comunes en el sector inmobiliario. Sólo en 2018 se efectuaron 177.259 transmisiones de vivienda por herencia, un 36% más que hace diez años. Esto se debe al incremento del envejecimiento de la población y, por consiguiente, al aumento de la tasa de mortalidad. Lo preocupante es que ahora contamos con un panorama que agrava esta situación, con un aumento todavía mayor de los fallecimientos a causa de la pandemia del Covid-19.
Además, cuando heredas también lo hacen las deudas. Sumado a este impuesto, muchas personas van a tener que renunciar a la herencia por falta de recursos para pagarla. La reforma llega en un momento de recesión económica que llevará a mucha gente a endeudarse para reclamar un patrimonio que por derecho le corresponde.
Con esto no queremos decir que no se paguen impuestos, pero en este caso se trata un aumento oportunista que resulta inalcanzable para la gran mayoría. Una medida sin transición que obtuvo poca repercusión porque la agenda mediática estaba marcada por la crisis sanitaria del Covid-19.
Ahora, más que nunca, debemos apoyarnos como colectivo. Mostrar empatía por la situación del otro es clave y por eso invitamos a pensar en medidas más realistas que velen por el bienestar de todos y todas.